Cuatro años después de la llegada de la pija Zoe Hart a este pueblecito del sur de los Estados Unidos, el pasado viernes 27, The CW puso fin a una muy bonita etapa de su historia. Nunca pensé que podría existir una serie a la que podría coger tanto cariño y en la que adorase prácticamente a todo el reparto, con sus defectos y sus virtudes. Ahora los Bluebellers vamos a tener un hueco muy grande en nuestro corazón (que a buen seguro no tardaremos en llenar con alguna otra chorriserie, eso sí) y es momento de hacer balance de lo que hemos vivido.
No sé a vosotros, pero a mí Hart of Dixie me ha dado la vida semana tras semana, siendo una de las pocas series que no me han quitado la sonrisa de la cara durante sus 40 minutos de duración y hasta me ha hecho soltar unas cuantas lágrimas en su despedida. Pero es lógico, porque ¡vaya despedida!
La temporada ha sido breve pero intensa y como podría pasarme días escribiendo sobre ella, me voy a limitar a resumir mis sentimientos en unas cuantas pegas y varios momentazos. Comenzamos (¡Spoiler Alert!):